Programa de Escuelas Taller
Programa de Escuelas Taller
En 1985 surgió en España el Programa de Escuelas Taller, Casas de Oficios y Talleres de Empleo como parte de las políticas activas de empleo impulsadas por el Ministerio de Trabajo. El principal objetivo de las escuelas taller era formar a jóvenes, de entre 16 y 25 años en situación de desempleo utilizando una metodología eminentemente práctica desarrollada en escenarios reales, para su inserción laboral.
En 1990 la Cooperación Española adaptó este modelo a su ámbito de actuación. El traslado de una política activa de empleo española al ámbito de la cooperación internacional supuso un notable impulso al trabajo orientado a apoyar a jóvenes en riesgo de exclusión social o situación de vulnerabilidad (con escasas posibilidades de acceso a cualquier formación) de los países socios, con un especial foco en la región de América Latina y el Caribe.
El Programa se fue desarrollando a partir de la visión y modelo iniciales, muy vinculados a la recuperación y puesta en valor del patrimonio material, y se ha ido adaptando a los distintos retos y oportunidades que han ido surgiendo en estas décadas, con el objetivo de maximizar su impacto en el desarrollo sostenible de los países socios y en la generación de oportunidades económicas y de empleo decente para los y las jóvenes latinoamericanos y caribeños a través de la capacitación y la formación profesional. En ese sentido, las Escuelas Taller han ido incorporando paulatinamente otras áreas y sectores requeridos por los mercados laborales locales. Asimismo, han empezado a explorar opciones para contribuir de forma específica a la inclusión efectiva de colectivos en situación de vulnerabilidad como las personas en situación de movilidad humana (migrantes, solicitantes de asilo y personas refugiadas).
El Programa de Escuelas Taller de la Cooperación Española ofrece capacitación y formación para el empleo a jóvenes de entre 16 y 25 años, de escasos recursos y en riesgo de exclusión social, mediante una metodología eminentemente práctica (“aprender haciendo”) en la que prima la formación en escenarios reales en una obra o servicio, de utilidad para las comunidades donde se ubican los diferentes proyectos y con impacto directo en desarrollo.
La Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), impulsora y gestora de dicho programa de la mano del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), considera al Programa de Escuelas Taller como una contribución decidida a la consecución de la Agenda 2030 y de sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), y una herramienta de gran potencial para la mejora de la cohesión social y la promoción de sociedades más pacíficas, justas e inclusivas.
- Ofrecer Educación Técnico Profesional gratuita, promoviendo la inclusión social.
- Combinar formación teórica y práctica haciendo énfasis en el trabajo real (en el tajo).
- Ofrecer una excelente proporción en la relación alumno-docente (máximo 15/1).
- Ofrecer a los jóvenes beneficios sociales (seguro médico y de accidentes, y en algunos casos una beca, alimentación, transporte, etc.) que contribuyen a mitigar su situación de vulnerabilidad.
Desde su puesta en marcha, el Programa de Escuelas Taller de la AECID ha promovido 340 proyectos de Escuelas Taller en 76 ciudades pertenecientes a 24 países en los que se han formado más de 40.000 jóvenes. Asimismo, ha contribuido a la puesta en marcha de Programas Nacionales de Escuelas Taller, como política pública ya plenamente apropiada por parte de países socios como Colombia, Guatemala y Honduras.
La distribución del Programa de Escuelas Taller en las dos zonas geográficas en las que actúa la Cooperación Española es muy diferente (mientras en América Latina y Caribe ha habido proyectos desde 1991, en África y Asia no aparecen proyectos como tal hasta 2005).


Las Escuelas Taller se han caracterizado por obtener resultados relevantes. El principal, sin duda, es la capacidad de CAMBIAR LA VIDA DE LAS PERSONAS rompiendo el círculo vicioso de la pobreza a través de la ruta: DESEMPLEO> FORMACIÓN> EMPLEO. Por ello se han logrado resultados en diferentes esferas:
INSERCIÓN LABORAL: en promedio, el 80% de los jóvenes que completan su formación han encontrado trabajo, ya sea por cuenta propia o ajena.
CALIDAD DE LA FORMACIÓN: la ratio entre personal docente y alumnado es adecuada al tipo de formación (1/13 en contenidos prácticos y 1/20 en contenidos teóricos).
Calidad de las Intervenciones (obras o servicios): los proyectos piloto donde intervienen los jóvenes, durante su formación, han sido reconocidos por la sociedad en general y, en algunos casos, han recibido premios internacionales por su calidad.
RECONOCIMIENTO OFICIAL DE LA FORMACIÓN: prácticamente el 100% de las escuelas taller tienen su capacitación oficialmente reconocida, con una titulación expedida por la institución local o nacional competente.
APROPIACIÓN: en la actualidad existen 53 Escuelas Taller en funcionamiento en América Latina y el Caribe, de las cuales solo 12 (22,64%) reciben el apoyo directo de AECID. Algunas se han establecido como iniciativas locales, replicando el modelo español, mientras que otros se han incorporado a Programas Nacionales de Escuelas Taller (Colombia, Honduras y Guatemala), replicando el modelo, o complementan la formación técnico profesional ofrecida a nivel local o nacional.
